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martes, 18 de julio de 2017

Ella...

Tan solo con mirarla, ella en sus ojos lo demostraba, su corazón yacía por debajo de su ser, roto en miles de trozos, deseaba romper en llanto, llorar tanto que sus ojos se marchitasen
Este aire tan nostálgico a devastado más su cordura, recordando el ayer, uno que tan solo le sonreía, uno que entre más claro se veía, más lo perseguía, "no se puede ser siempre sincero con los sentimientos", era su frase...
Hasta que la gota más grande rebosó el vaso y ella cayó y cayó en un abismo de emociones incontrolables.
¿Porqué debía marcharse? ¿Porqué cometió el último delito?
Lo sé, ella me lo dijo, ella me dijo que deseaba entregarse a las manos de un imponente demonio u ángel y así acabar con ese sentimiento tan nefasto.
El exquisito ardor de las llamaradas del infierno serían nimiedades ante está apesadumbrada esencia que dominaba dentro de ella
¿pero?
¿Pero la comodidad del edén en el cielo sería algo más conveniente?
Solo encapricharían a su sentimiento a perdurar en el más intimo lugar de su ser.
sin embargo, ella no lo pensó 2 veces y introdujo su mano en el interior de su pecho y arrancó su corazón de raíz, con lágrimas en los ojos y sus labios temblorosos y la gran tempestuosidad de su alma lo tiró al mar, como una joya perdida quedaría y jamás nadie lo obtendría.
Y en ese entonces, ella se fue.

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